como aplicar los principios pikler

Desde hace ya un tiempo, la pedagogía Pikler está cogiendo fuerza en el entorno de la educación. Tal vez te suene más como la teoría del movimiento libre, conocida también por este nombre. Cada vez más son los padres que buscan información y formación sobre este tema. Pero ¿por qué está de moda?

La gran mayoría de los padres tienden a sobre proteger a sus hijos y comparar su desarrollo con el de otros niños. Esto lo único que provoca es preocupación y estrés por no haber conseguido a ciertas edades andar o hablar, por ejemplo.

Este método busca evitar esto. Nos invita a cambiar la perspectiva y a tener paciencia. Veamos en qué consiste esta pedagogía y cómo podemos aplicarlo en el día a día de nuestros niños.

Qué es la metodología Pikler

A grandes rasgos, esta metodología se basa en dejar a los bebés moverse libremente en el espacio y en confiar en la capacidad con la que nacen de forma innata. De esta forma se fomenta su autonomía y autoconfianza, lo que deriva en un desarrollo más armónico en el futuro.

Esta teoría fue desarrollada por Emmi Pikler, una pediatra húngara del siglo XX. Este sistema pedagógico los fundamentó en dos pilares: la necesidad de apego y la necesidad de autonomía. Por lo tanto, se basa en la creación de vínculos afectivos estables y en la no intervención en el desarrollo psicomotriz del niño para fomentar su autonomía y autoconfianza.

Cuáles son los 5 principios de Pikler y cómo aplicarlos en casa

Esta metodología se basa en 5 principios principales:

  • La actividad autónoma: un niño nace con capacidades innatas suficientes para aprender por sí mismo.
  • El movimiento libre: dándole al niño libertad motriz, el niño se moverá por iniciativa propia. De esta forma, se siente competente y seguro de sí mismo. Si los adultos intervenimos constantemente, no le dejamos opción para expresar y aprender por ellos mismos. Este es uno de los principios que constituyen una buena relación niño-adulto que favorece el respeto mutuo.
  • La toma de conciencia de sí mismo y de su entorno: dando seguridad emocional al niño y atención cuando lo necesite, podrá centrarse en descubrir su movimiento y el entorno que le rodea sintiéndose seguro y confiando.
  • Respeto y apego en los cuidados: los padres deben estar presentes, aunque no intervengan, y hacerlo solo y cuando el niño lo necesite o reclame. Así, los padres dan una seguridad en sus cuidados de tal forma que el niño pueda predecir lo que va a pasar respetando sus ritmos de desarrollo.
  • La importancia de la salud física y el juego: se trata de ofrecer juegos y materiales seguros, y dejarles que sean ellos mismos los que aprendan a manejarlos sin pautas ni exigencias. De esta forma desarrollan su autoconocimiento y creatividad.

Para empezar a aplicar esta pedagogía, lo primero que tienen que hacer los padres es cambiar su concepto de crianza y su relación con los peques. Se trata de un cambio de mentalidad y de pasar de un trato autoritario y condescendiente, a un trato igualitario y respetuoso. Tal y como veíamos al principio, los padres deben intentar no preocuparse ni comparar su desarrollo personal con el de otros niños.

En cuanto al propio entorno del niño, también debemos prepararlo. Dicho entorno debe ser seguro y sin demasiados obstáculos para que pueda moverse y jugar libremente en el espacio.

También debemos proporcionarle materiales sobre los que puedan moverse y explorar, ya sean estructuras adaptadas o juguetes que se encuentran a su altura y sin demasiada cantidad para que no interfiera en su autoconocimiento.

La ropa y el calzado también es importante. Mejor que vayan descalzos y con ropa cómoda y holgada que no restrinja el movimiento.

En cuanto a la actuación de los padres en el movimiento del niño, se debe intervenir cuando el niño lo reclame, estando siempre presente y atento a sus necesidades.

Beneficios del movimiento libre

Aplicar este tipo de metodología cuando son pequeños aporta numerosos beneficios en su posterior desarrollo:

  • Un correcto desarrollo psicomotriz, desarrollando un mejor equilibrio y adoptando posturas corporales mucho más naturales y saludables para su crecimiento.
  • Un autoconocimiento mucho más profundo de su cuerpo, de sus posibilidades y limitaciones. Esto repercute en que tengan menos caídas y menos accidentes.
  • Al dejarles moverse a su propia elección, se mejora su seguridad y confianza en sí mismos. Crecen y dan los primeros pasos a su ritmo, sin presiones y sin preocupaciones de sus padres.
  • Un mayor desarrollo de su creatividad, al moverse y jugar sin normas o exigencias que coarten su expresión.

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