que es la grafomotricidad

¿Alguna vez os habéis preguntado cómo aprenden los niños a escribir desde cero? Parece algo increíble, pero nuestros peques cuentan con la ayuda de su psicomotricidad fina, y en concreto de la grafomotricidad. Empezar a escribir es el resultado de la adquisición de una serie de conocimientos y conductas que vamos aprendiendo desde el momento en que nacemos. Desde el simple hecho de coger un juguete hasta controlar el movimiento de nuestros dedos, son necesarios para conseguir coger un lápiz correctamente.

Hoy vamos a descubrir qué es la grafomotricidad, la importancia de que se desarrolle cuando son pequeños, y lo más relevante: cómo podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollarla.

Qué es la grafomotricidad

La grafomotricidad (“grafo” escritura; “motriz”, movimiento) se refiere al movimiento gráfico que realizamos con la mano al escribir o al dibujar. Este ejercicio forma parte de la psicomotricidad fina o desarrollo motor fino, el cual comienza mucho antes de que el niño aprenda a escribir o a conocer las palabras. Su desarrollo tiene el fin principal de potenciar el desarrollo psicomotor gracias a diferentes actividades.

La grafomotricidad se enmarca dentro del desarrollo motor fino, aquel que aparece cuando un niño empieza a adquirir cierta capacidad de contralar movimientos corporales, sobre todo de manos y brazos. Su objetivo principal es el análisis de procesos dentro de la realización de grafías, así como su automatización. Si el niño es capaz de repetir el trazado de manera idéntica es porque lo ha interiorizado, y por lo tanto cuenta con factores de fluidez, legibilidad, rapidez y armonía tónica. Así, están preparados para escribir.

La importancia que tiene en la etapa infantil

La importancia de desarrollar este tipo de ejercicios es vital para el correcto desarrollo de las habilidades motoras finas. Se trata de un aspecto esencial de la psicomotricidad infantil. Por ello es necesario potenciarla desde edades muy tempranas. Esta actividad comienza desde los cero años, y se va formando hasta los seis años más o menos.

Se trata del paso previo a la futura escritura, por lo que adquirir estas destrezas motoras servirán de base para poder escribir posteriormente. Pero no solo sirve para escribir. Este tipo de habilidades son necesarias para obtener un mayor dominio de su cuerpo en lo que respecta al antebrazo, muñeca, mano y dedos. De ahí su importancia.

Para su desarrollo es necesario seguir las siguientes pautas:

  • Manejar utensilios
  • Realizar movimientos de base
  • Aprender el desplazamiento correcto en el espacio gráfico

En el siguiente apartado desarrollaremos estos pasos a seguir.

Cómo se trabaja

Su aprendizaje o su adquisición empieza por el trazo libre. Esto permite al niño empezar a controlar utensilios básicos y a dominar el espacio. Los primeros utensilios por los que debe empezar son por los más fáciles hasta llevar a los más complicados de agarrar. Se puede empezar por manipular esponjas, tizas, ceras, pinceles gruesos llegando hasta los lápices más finos y por lo tanto más difíciles. Una vez superado esta fase, podemos pasar al trazado dirigidos.

Por otro parte, el niño aprende el desplazamiento correcto en el espacio gráfico, es decir, de arriba-abajo y de izquierda-derecha. Se empieza por los movimientos base, que los son los trazados verticales y horizontales, pasando hasta los oblicuos, hasta llegar a tener la imagen motriz más compleja: letras, sílabas y palabras.

A partir de los 3 años hasta más o menos los 5, se utilizan cuadernos de grafomotricidad, pensados para los cursos de Educación Infantil. A través de estos cuadernos los niños y niñas pueden desarrollar los gestos gráficos básicos y necesarios para una posterior escritura.

A lo largo de estos cuadernos se encuentran trazos con dificultad progresiva, que va desde el trazado más libre hasta el trazado más complejo ajustado a pautas y cuadrículas cada vez más pequeñas. No son trazados aburridos, sino que se combinan con dibujos para hacerlo más atractivo a los ojos de un niño. Para aumentar su atractivo, es recomendable el uso de diferentes colores.

A continuación, te damos algunas actividades que La Junta de Andalucía recomienda para trabajar la grafomotricidad en los niños.

Actividades para trabajar la grafomotricidad

Desde casa se puede estimular la preparación a la escritura. Desde CEI Manolo Álvaro te mostramos algunas actividades generales para trabajar la grafomotricidad:

  • Darle diferentes objetos y utensilios que les produzca curiosidad para que puedan explorar diferentes sensaciones sobre su cuerpo, los demás y el entorno
  • reptar, gatear o andar por el espacio y con los objetos para adquirir nociones básicas de orientación en el espacio
  • Imitar sonidos, melodías, canciones o dramatizaciones
  • Realizar actividades relacionadas con la motricidad fina y viso-manual como atornillar, prensar, tapar, pegar, modelar o teclear
  • Clasificar y ordenar objetos a partir de sus características y rasgos
  • Realizar secuencias, series o laberintos
  • Utilizar imágenes, fotos, pictogramas o carteles para desarrollar su comprensión
  • Uso de programas específicos de ordenador
  • Desarrollar actividades plásticas y diferentes trazos

Para trabajar la grafomotricidad es importante desarrollar ciertos ejercicios tanto para las manos como para los dedos. En primer lugar, podemos realizar los siguientes ejercicios para las manos :

  • Tocar palmas libremente y después siguiendo un ritmo
  • Mantener uno o más objetos en equilibrio en la palma de una mano y después en las dos
  • Acompañar al niño a realizar “caminitos” de forma libre sobre la arena y/o sobre el agua
  • Realizar gestos con las manos mientras cantamos una canción infantil
  • Girar las manos con los puños cerrados y después con los dedos extendidos
  • Mover las dos manos a la vez en diferentes direcciones
  • Imitar movimientos de animales o de objetos con las manos (pájaro volando)

En cuanto ejercicios para los dedos se pueden realizar os siguientes:

  • Abrir y cerrar los dedos de una mano y luego en una y en otra aumentando cada vez más la velocidad
  • Juntar y separar los dedos libremente y luego siguiendo algunas órdenes
  • Tocar los diferentes dedos de una mano con el pulgar correspondiente y aumentando la velocidad
  • Con la mano cerrada ir sacando los dedos uno detrás de otro, empezando por el meñique
  • Levantar los dedos uno detrás de otro con las dos manos sobre la mesa empezando por los meñiques
  • Lanzar objetos, tanto con una mano como con otra intentando dar en un blanco que hayamos elegido como una papelera
  • Desenroscar y enroscar tapas, botes, tuercas
  • Ensartar un cordón en objetos con espacios como bolas perforadas
  • Desabrochar y abrochar botones y desatar y atar lazos
  • Manipular objetos pequeños como lentejas o botones
  • Modelar con plastilina formas simples
  • Pasar hojas de un libro
  • Picar con punzón dibujo
  • Rasgar, doblar, romper y recortar con los dedos y con tijeras

En cuanto al control y desarrollo de trazados rectos existen algunos ejercicios que pueden ayudar a su adquisición:

  • Ejercicios de copiar tanto en pizarra como en papel cuadriculado trazando líneas verticales, horizontales y diagonales, cruces, aspas, líneas paralelas y quebradas, ángulos y figuras
  • Ejercicios de repasado de dibujos
  • Ejercicios de rellenado de espacios y figuras
  • Ejercicios de seguimiento de caminos sin llegar a tocar las paredes
  • Ejercicios de trazado de diferentes líneas alternando la presión

Por último, para ayudar al control y desarrollo de trazados curvos traemos los siguientes:

  • Ejercicios de copiar tanto en pizarra como en papel cuadriculado trazando líneas curvas, círculos
  • Ejercicios de ondas dentro de dos líneas, alternado tamaños y ejes
  • Ejercicios de bucles ascendentes, descendentes y combinados dentro de dos líneas o sobre una
  • Ejercicios circulares en sentido contrario a las agujas del reloj tanto de copia como de repasado

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