juegos autorregulacion niños

La autorregulación emocional es la capacidad de dirigir nuestra conducta en el sentido que deseamos y así poder relacionarnos con las personas que nos rodean. Forma parte de la adquisición de habilidades sociales que se empiezan a desarrollar desde muy temprana edad.

Poco a poco nos volvemos más conscientes de la importancia de la inteligencia emocional. Al fin y al cabo, aglutina las herramientas fundamentales para enfrentarse de forma eficiente, socialmente no disruptiva ni individualmente perjudicial, a todo tipo de situaciones que nos alteran anímicamente.

La infancia es el momento clave para que los peques vayan moldeando sus tendencias emocionales y donde es muy significativa la relación entre la familia y la escuela. En CEI Manolo Álvaro somos conscientes de ello, y por eso, trabajamos actividades que fomenten la autorregulación emocional de los niños.

La capacidad de autorregulación de los niños según la edad

La capacidad de autorregulación se va desarrollando conforme crecemos. En función de la edad, estaremos en un punto u otro.

  • En torno a los dos años: los niños ya empiezan a entender que los demás tienen emociones y que pueden ser diferentes a las suyas.
  • De los 2 a los 3 años: en estas edades empieza el periodo de independencia. Es la etapa egocéntrica que se basa en las palabras <<yo>> y <<mío>>, con las que demandan la “no ayuda del adulto”. Es el punto donde comienzan a responder de buena o mala manera, cuando la autorregulación de sus emociones hace que el niño empiece a juzgarse a sí mismo.
  • A los 5 años: en esta etapa, la capacidad de autorregulación está más desarrollada y aparece una complejidad entre emociones, creencias y expectativas. Es cuando los peques empiezan a relacionar su capacidad cognitiva con las emociones.

A medida que los niños van creciendo y pasando por las diferentes etapas, van aprendiendo más sobre los sentimientos y a conectar las situaciones que experimentan con las emociones. La autorregulación y las habilidades del lenguaje van evolucionando, por lo que el niño va ganando la capacidad para controlar sus emociones.

Juegos de autorregulación infantil en el aula

En clase se pueden llevar a cabo una serie de juegos de autorregulación que permiten aprender de una forma divertida a desarrollar un progreso en su conducta, escuchar a los demás y realizar sus respectivas obligaciones y tareas. Veamos algunos ejemplos:

El semáforo

El juego del semáforo sirve para darle una respuesta sobre su comportamiento al niño y que las identifique conscientemente. Es muy sencillo. Se realiza un dibujo del semáforo y se dan unas instrucciones sencillas al niño.

  • El rojo: tranquilo y piensa antes de actuar.
  • El amarillo: piensa soluciones o alternativas y consecuencias.
  • El verde: está bien, ponlo en práctica la mejor solución.

La rueda de las emociones

La rueda de las emociones consiste en crear junto a los alumnos una rueda con diferentes opciones de cosas que ellos puedan hacer para calmarse cuando se sientan frustrados. Para ello dibujamos en una cartulina una rueda como en forma de pastel. En cada porción se dibuja o se pega una imagen de las opciones que el niño haya mencionado. Deben ser acciones válidas y que respeten la integridad de él mismo y sus compañeros.

El volcán

El volcán busca concienciar a los niños sobre su comportamiento. Así, el peque será capaz de detectar cuándo está a punto de comportarse de manera inadecuada y podrá detenerse a tiempo. Para poner en práctica esta prueba, se le pide al niño que imagine un volcán y que la lava son sus emociones. La idea es que aprenda a reconocer las señales de la ira y el enfado, asociándolas con la lava caliente y la erupción. De esta manera podrá detenerse antes de llegar al punto de no retorno.

El tiempo fuera positivo

El tiempo fuera positivo es una herramienta de Disciplina Positiva. Consiste en crear un lugar especial dentro del aula, donde el niño pueda acudir cuando necesite calmarse y volver a calmarse cuando se sienta fuera de control. Este espacio debe ser decorado en conjunto con los niños y debe contener elementos que lo inviten a relajarse como juguetes, hojas, colores, pizarras, peluches, plastilina, libros, música, etc.

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