celos entre hermanos

La gran noticia de que tu primer hij@ va a tener un/a hermanit@ es algo realmente ilusionante. Ver tu familia crecer, no solo en edad, sino también en cantidad, es una de las experiencias más maravillosas que la vida te puede ofrecer. Sin embargo, y como todo, que haya dos o más pequeñajos en casa tiene también algunos aspectos negativos que se deben tener en cuenta. Pero por encima de todos, y el que consideramos más importante, es el problema de los celos entre hermanos. Una situación real que se da en cada hogar y familiar con varios hijos, la cual resulta ser una especie de proceso de madurez que se tiene que afrontar y pasar si o si. Para las madres sobre todo supone momentos de tensión o incluso pánico que pueden amargar el disfrute de estos años, en donde los hijos son más pequeños y tienen que crecer y madurar. Por eso queremos escribir este artículo, para calmaros y normalizar esta situación y que no se convierta en caos, sino en aprendizaje. Comenzamos.

¿Cómo se siente un niño cuando llega un nuevo miembro a la familia?

Como cualquier persona, un niño experimenta en primer lugar una sensación de inseguridad por los supuestos privilegios y cuidados que ya tiene. Esto le lleva a rivalizar en mayor o menor medida con el nuevo miembro que llegue a la familia. Un hermano o hermana que también precisa de cuidados y cariño. Por lo cual, el primer hijo siente celos hacia este porque asume que dejará de recibir todo esto para compartirlo con otro elemento, que además desconoce.

Síntomas de los celos entre hermanos

En general, un niño celoso se comportará de manera distinta a la habitual, estará más rabioso o entristecido y podrá verse más desganado. A continuación os dejamos algunos detalles a tener en cuenta:

  • Dolores en el cuerpo, la cabeza y molestias generales
  • Excesiva inquietud
  • Alta irritabilidad y enfado constante
  • Volver a comportarse como un niño de menor edad (incluso imitando actos de su nuevo herman@)
  • Llorar a menudo
  • Puede tener problemas con el sueño
  • Rabietas injustificadas
  • Reclamo constante de los padres y llamadas de atención continuas
  • Gestos de mala educación al hermano como ignorarle o incluso pegarle

¿Cómo podemos ayudar a que nuestro pequeño acepte a su nuevo hermano?

Estamos ante una etapa difícil que debe abordarse tan pronto como veamos los síntomas, pero no hay que agobiarse ni mucho menos sentir que se ha fracasado como madre. Esto es algo normal y a todas las familias les pasa. Así que vamos allá.

La situación de “competencia” por parte del niño tendrá un proceso de adaptación y superación que tarde o temprana llegará. Por lo que es importante poner a nuestro primogénito en preaviso, hablarle de que viene un nuevo miembro a la familia y que es maravilloso para todos. Que tendrá alguien más a quien querer, cuidar y con el que jugar. Y también hacerle ver que será tan pequeñito que necesitará cuidados especiales de todos, incluido él mismo. Por muy pequeño que sea nuestro hijo, su mente procesará todo esto que le hemos dicho y verá normal su llegada. Siempre con un lenguaje positivo.

Una vez tengamos al nuevo miembro en casa, debemos incluir al hijo mayor en las labores de cuidado y ayuda. Haciéndole sentir responsable y partícipe de la familia. También, evitar castigar al niño por conductas relacionadas con los celos, intentar reconducir la situación, equilibrando seriedad y firmeza con cariño y apoyo. Jamás comparar a los hermanos entre sí, puesto que eso es realmente contraproducente y puede generar rivalidades que antes no existían. Y algo que nosotros consideramos súper importante: Nuestro primogénito es nuestro hijo, lo queremos igual, y debemos aceptar sus celos y malestares. Por eso hay que ser muy empáticos y ofrecerle todo el apoyo que consideremos, nunca abandonarlo en sus problemas ni sentimientos. Esto podría crear una brecha irreversible a largo plazo.

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